EL ARRANQUE

Un sentimiento
Con distintas expectativas el sábado 21 de agosto un pequeño grupo de vecinos y amigos de El Pinar comenzamos con la compañía y orientación de Walter una experiencia de intercambio de conocimientos, sueños y emociones entorno a la cuestión literaria. ¿Qué saldrá de todo esto? Lo iremos descubriendo en la medida que vayamos avanzando. Probablemente nazcan cosas que no imaginamos.































































jueves, 30 de septiembre de 2010

Las motosierras

            En casa hay cuatro motosierras, herramienta muy útil en esta zona del país. Se usa para cortar árboles, para una vez en el suelo se los troce en partes más pequeñas, tanto como para poder introducirlas en una estufa o quematuti.
           
            Decir que en casa hay cuatro motosierras es un poco exagerado, como podrán suponer, más sabiendo que ninguno de nosotros, los habitantes de la casa, tiene el oficio de monteador.

            Enfrentemos la realidad. Hay una nueva, que Walter compró hace poco y que llevó al service cuando quiso usarla porque no arrancaba. Otra que no funciona es de Margarita y hace como un año y medio que está acá; hay que llevarla al service, pero como no es el mismo al que Walter llevó la primeramente nombrada, se complica la cosa…

            También está la primera que se compró en la casa; se la regaló Perla para un cumpleaños del "Chancho", o sea de Walter. Perla pensaba que si había una motosierra en casa no iba a pasar frío en los próximos inviernos. Creo que no pasó frío, pero no fue por la presencia  de una  Homelite en casa, más bien sucedió que compramos leña en lo de "Chito". Esta motosierra no arrancó durante varios meses entonces El Chancho se la llevó al "Zurdo", que digamos, la remendó. Al tiempo se la prestó al hijo de un compañero, y la pobre nunca más fue la misma. Volvió a pasar por las manos mágicas del Zurdo, hasta que la usó George… y ahí dejó de funcionar para siempre.

            El Turco nos  pasó una motosierra, digamos la número cuatro, no sirve para cortar ni agua, pero Walter la desguasa y así de alguna manera se usan sus partes cuando la primera se tranca.

            Hace unos días fuimos a la casa de una sobrina a cortar un pino podrido. Cortar el pino fue fácil y rápido, pero cuando se quiso cortarlo en trozos la máquina se paró. Vi como Walter la tomó entre sus manos y munido de diversos destornilladores que "Sole" tiene en un bolso de cuero negro, trató de ver qué pasaba.

            Prendí un cigarro mientras trataba de no pensar sobre el futuro: aun los últimos coletazos del invierno y ya me veía sin leña.

            Empezaron a salir los tornillos, que Walter trataba que se quedaran quietos sobre el banquito en que destripaba la motosierra. El problema son los resortes que aquellos sujetan. Uno de ellos se cayó entre la carcaza  y el motor. Al mover el conjunto, o sea la carcaza y el motor, el resorte se movía también y hacía un ruidito suave pero suficiente para decirnos que allí estaba.
El Chancho siguió, digamos “trabajando” en la Poulan, que esa es la marca de la motosierra. Lo cierto y resumiendo, siguieron saliendo tornillos, resortes, engranajes, siempre intentando rescatar el resorte suelto, que seguía haciendo ruidito.

            Yo me aburría, y dejé de prestar atención, entonces sucedió algo importante y terrible: el resorte suelto dejó de hacer ruido, … ya no sabemos qué hacer… es como que el silencio del resorte nos diera una pauta de que algo no pensado ocurre en el interior de las motosierras.

1 comentario:

  1. Buenissimmoooo!!! es un ejemplo de realismo mágico y mágico-mágico, Juan y Manolo

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