EL ARRANQUE

Un sentimiento
Con distintas expectativas el sábado 21 de agosto un pequeño grupo de vecinos y amigos de El Pinar comenzamos con la compañía y orientación de Walter una experiencia de intercambio de conocimientos, sueños y emociones entorno a la cuestión literaria. ¿Qué saldrá de todo esto? Lo iremos descubriendo en la medida que vayamos avanzando. Probablemente nazcan cosas que no imaginamos.































































lunes, 10 de enero de 2011

SOBRE UNA PIEDRA

Sobre una piedra grande, bajo el sol más poderoso, puede verse a un loco provisto tan solo con una valija y su vestimenta,  compuesta por un short y una remera roja ya desteñida. Es flaco y arrugado como una pasa de uva, seco y de piel curtida, con una barba que le salta de la cara en torbellino y con olor a agua salada. Tiene todos sus dientes y lleva siempre consigo y nunca se le ausenta, una maleta negra gastada que usualmente usa la gente de negocios o los trabajadores de oficina.  Sus ojos fijos están absortos en una tarea, que lo tiene todo entero expectante; escribe bajo el calor del mes de noviembre que sin ser el más calido para el hemisferio sur,  es sin duda muy caluroso. Escribe con ahínco y valla suerte que tiene su legado contra el viento, que mientras más escribe, más deja en libertad y es así que sus hojas escritas vuelan salpicando la playa donde se encuentra, amo total del horizonte. Cuando esta cansado se para, estira un poco sus piernas y enseguida camina, va con su maleta cual si saliera de una jornada ardua y sin embargo aunque de por si se diría que es eso lo que esta pasando, al verlo con semejante atuendo veraniego y al rematar su rareza dándose un brutal y repentino zambullón en el agua, se nos quita esa imagen de trabajador para pensar solamente que es un loco. ¿Qué hace? ¿Cuál es su ocupación? No se si es de buen observador andar midiendo con estas varas a un loco, pero si se hace un esfuerzo se ve, que es simplemente feliz y que alegra un poco el paisaje y también a veces alivia, con sus ocurrencias locas a algún corazón normal que ha perdido su impulso.
-¿cómo esta caminante?- le grita alguno que lo conoce.
-al trote, trabajando-grita- queriendo cosas gigantes-sigue diciendo muy bajo para si y pasando a un dialogo interno que nadie puede imaginarse, o que todos pueden pero que imanarlo, seria un poco peligroso.
Todo el mundo sabe que el caminante, tiene poderes mágicos además de otras cosas que son cualidades raras, como hablar de objetos imaginarios que viven dentro de su valija. Interesante para algunos, gracioso para otros y por fin temible para los menos, por la mansedumbre del loco, que solamente ha sido perturbada en una oportunidad y sin que nadie pueda comprender su motivo. Al parecer él tiene una profesión, es vendedor de líneas imaginarias, según se jacta puede dividir entre los amarillos tirando a azules y los que son mas naranjas, así como también entre escépticos y dogmáticos o entre realistas y naturalistas. A podido llegar a diferenciar 100 tipos distintos de alegrías, discriminando primero dos tipos y dividiéndolos paulatinamente, a llegado a diferenciar toda la gama de distintas alegrías; no se cansa, se desafía, logrando todos los días ampliar sus categorías, diferenciando y diferenciando. Sostiene la premisa de que el cerebro del hombre es una maquina de dividirlo todo y que no hay unidad que se recita a semejante trabajo y así se dispone a separarlo todo continuamente. Le interesan distintas sonrisas y distintas expresiones de cejas, que guarda en algún recoveco de su valija, dentro pequeñas  guaridas. A veces intenta encontrar alguna sonrisa de mujer con niño adentro, sedienta y satisfecha pensando en su trabajo, o algún ojo refriado de tanto sol, que sueña con su amiga desnuda o simplemente una risa de niño pequeño; en ocasiones  encuentra rápidamente lo que estaba buscando, pero a veces le ocupa muchísimo tiempo, debe revisar los innumerables recovecos de su valija o por fin resignarse a no poder encontrar lo buscado.
 Cuando cae la noche y deja de divisarse el increíble espectáculo de diferentes colores del día, el loco mira hacia el cielo, disfrutando de su homogénea monotonía,  y camina rumbo a algún lugar sin viento para hacer un fuego pequeño que lo embadurna todo con un esplendor, movedizo y cálido. Luego de un tiempo llegan algunas personas en grupos y se arriman al fuego, el loco es cordial como un mozo que ha alcanzado a conseguir un bar propio, totalmente normal bajo la mirada del que lo desconoce. Abre la sus brazos y los bendice a todos, empezando seguidamente a contar historias. Si alguien le habla, responde alguna cosa extraña y sorprendente, pero en un lenguaje cifrado que solo el receptor entiende. A veces se torna hacia  alguno con cara triste y lo lleva a caminar entre la luna y la arena, con los pies metidos dentro del agua y cuando la cosa es grabe entra al mar, zambulléndose en el agua en busca de un puñado de arena que le deposita a su acompañante en pleno rostro. Cuando todo termina y la gente marcha mas liviana ha sus casas, el loco llora acurrucándose a si mismo por unos minutos, para luego erguirse, levantar su maleta abierta llena de monedas y marchar a su choza que imponente se levanta con sus patas elevadas cerca del rio.
 – si la queres flaco, la magia dice, que te tires al rio durante un mes con una flor en la boca, pero una cosa, que la flor no se muera mientras dure el hechizó, por que ahí no se que pasa- le dijo a un joven hace tiempo… pensaba en eso, cuando llego a su casa y miro el diario que había comprado en la mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario